Una maternidad sagrada necesita mujeres enraizadas

¡Bienvenida a este artículo del CAMINO ANCESTRAL DE LA MATERNIDAD. Hoy vengo a compartir que una maternidad sagrada necesita mujeres enraizadas y que se preparen espiritualmente

mujer maternidad

Una maternidad sagrada necesita mujeres enraizadas y que se preparen espiritualmente

La maternidad es mucho más que un proceso biológico. Desde la visión ancestral la maternidad es un camino sagrado, un acto de profundo compromiso no solo con nosotras mismas sino con la vida, ya que se trata de ser canales de la Madre Tierra para la encarnación de almas, se trata de permitir fluir el poder creador  dentro de nosotras y darnos la posibilidad de acunar la vida con total consciencia. Sin embargo, para encarnar una maternidad sagrada, la mujer necesita estar espiritualmente preparada pues es una Iniciación. Este tipo de maternidad va más allá de lo físico: implica una conexión profunda con uno mismo, con la Tierra, y con los ancestros.

A lo largo de mis años de experiencia acompañando mujeres y teniendo en cuenta mi propio camino para ser madre, he visto cómo la preparación espiritual es clave para vivir una maternidad más armónica, auténtica y plena. Sanar las heridas emocionales, liberarnos de los traumas heredados, y cultivar una vida espiritual enraizada  y consciente son pasos esenciales en este viaje llamado Maternidad.

Aunque sea poco conocido, pero es a partir de los 35 años, cuando la mujer ha alcanzado una mayor madurez emocional y mental, para encarnar una maternidad consciente, ya que ha vivido plenamente su desarrollo como mujer y en la mayoría de los casos ya ha emprendido un camino profundo de sanación. Actualmente año 2024, la ventana de fertilidad se ha ampliado más allá de los 45 años, nuestros 45 años no son los mismos que los que tuvo nuestra madre. Y aunque la ciencia moderna suele señalar que la fertilidad declina después de cierta edad, la realidad que he visto en muchas mujeres es que, al conectarse con la Madre Tierra, su ventana fértil se extiende mucho más allá, hasta los 48 e incluso más allá de los 50 años.

La espiritualidad enraizada como base de una maternidad sagrada

Para muchas mujeres, la búsqueda de la maternidad consciente comienza con el deseo de traer una nueva vida al mundo de una manera intencionada y amorosa. Pero para que esto sea posible, es necesario hacer una labor interna profundo, preparándonos espiritualmente para el papel de ser madre. Hemos nacido de árboles genealógicos con muchos traumas y dolor asociados a la maternidad, actualmente crece y crece los casos de infertilidad. Desde la visión ancestral, la maternidad no solo se trata de tener un hijo, sino de transmitir un legado de sabiduría, amor y conexión con la naturaleza, de vivir la maternidad como una experiencia espiritual.

Para los pueblos originarios del mundo la espiritualidad no es algo ajeno o separado de la vida cotidiana, la espiritualidad se basa en la comunión con la Madre Tierra y con la Vida. El camino de la maternidad sagrada involucra la conexión con la Madre Tierra, rituales y ceremonias y por supuesto la activación de la energía matricial. Estos son algunos de los aspectos que ayudan a preparar espiritualmente a una mujer para la maternidad a través de la Tierra.

En mis procesos con otras mujeres, comparto prácticas y rituales que nos conectan con la energía de la Tierra y nos ayudan a liberar bloqueos emocionales. Estos bloqueos, a menudo causados por traumas pasados o heredados, pueden manifestarse en el cuerpo físico como dificultades para concebir o llevar a término un embarazo. Sin embargo, cuando trabajamos en sanar esas heridas, la fertilidad natural se restablece y la mujer puede encarnar una maternidad con raíces profundas.

La sabiduría ancestral y su rol en la maternidad sagrada

maternidad consciente

En las culturas ancestrales, la maternidad siempre ha sido vista como un acto sagrado. Antes de concebir y dar a luz, las mujeres pasaban por ritos de iniciación y preparación espiritual que las ayudaban a conectarse con su linaje femenino y con la energía creadora de la Madre Tierra. Se comprendía que la matriz no solo es el lugar donde se gesta la vida, sino también un centro energético donde reside la creatividad y el poder espiritual de la mujer.

Hoy en día, muchas mujeres viven desconectadas de la Tierra y de esta sabiduría ancestral. La modernidad y la tecnología nos han alejado de la naturaleza y del conocimiento profundo que nuestras antepasadas tenían sobre la fertilidad y la maternidad. Pero ese conocimiento sigue vivo en nuestros cuerpos, y al reconectarnos con la Madre Tierra podemos acceder a esa sabiduría que pertenece a la maternidad ancestral en perfecta sincronía con la naturaleza.

En la maternidad sagrada, hay un reconocimiento de que cada mujer es portadora de la sabiduría de la Tierra y de sus ancestras. Como parte de la preparación de nuestros cuerpo y nuestra mente para la maternidad, está la sanación de traumas y bloqueos heredados de nuestros ancestros. Muchas mujeres que he guiado en este camino han experimentado sanaciones profundas relacionadas con abortos pasados, hijos que no llegaron a nacer o pérdidas tempranas en el linaje familiar. Estos traumas pueden crear bloqueos energéticos que impiden una concepción natural, pero al sanarlos, se abre el espacio para una maternidad más fluida y libre de dolor.

La ventana de la fertilidad en la mujer moderna: más allá de los 45 años

Uno de los mitos más comunes en la sociedad moderna es que la fertilidad de la mujer termina a una cierta edad, actualmente vemos que hay menopausia precoz a los 36 años. Sin embargo, la experiencia me ha mostrado que la ventana fértil de la mujer puede extenderse mucho más allá de los 45 años. Claro está, no todas las mujeres están preparadas para concebir en ese momento de sus vidas, y muchas veces las dificultades no son solo físicas, sino también emocionales y espirituales.

Lo que he aprendido en mi camino de manos de la Madre Tierra y la Sabiduría Ancestral es que la fertilidad es un tejido conectado a la fuerza vital y entre más enraizados estemos, más salud en los órganos sexuales tendremos y así mismo se potenciara nuestra fertilidad. Las mujeres que han trabajado en sanar sus heridas emocionales y han cultivado una vida enraizada a menudo descubren que su fertilidad se expande de maneras que nunca imaginaron posibles. Esto es especialmente cierto para las mujeres que han alcanzado una mayor madurez espiritual después de los 35 o 40 años.

La sabiduría ancestral nos enseña que la fertilidad no es simplemente una cuestión de edad o de biología. Es un tejido de luz, de energía creativa que pertenece a la Madre Tierra y reside en la matriz femenina. Esta energía se renueva y se potencia a cualquier edad. Por eso, es esencial que las mujeres que desean concebir después de los 40 años se enfoquen en enraizarse y nutrir su espiritualidad, así mismo en sanar cualquier bloqueo emocional que puedan tener.

Sanar las heridas emocionales: clave para una maternidad auténtica

Una de las mayores barreras para una maternidad sagrada y consciente son las heridas emocionales no resueltas. Estas heridas pueden provenir de traumas personales o de dolores heredados de nuestras ancestras. A menudo, las mujeres cargan con el peso de experiencias traumáticas relacionadas con la maternidad, como abortos, hijos no nacidos o la muerte de sus madres en el parto. Estos traumas no solo afectan a nivel emocional, sino que también pueden manifestarse como problemas de fertilidad.

Desde la visión ancestral, el cuerpo de la mujer está intrínsecamente conectado con su energía emocional. Cualquier bloqueo emocional o trauma no resuelto  de forma inconsciente puede impedir que el flujo de energía creativa fluya libremente a través de la matriz, lo que puede dificultar la concepción o la gestación. Por eso, antes de embarcarse en el camino de la maternidad, es esencial que las mujeres trabajen en sanar esas heridas emocionales.

En mi experiencia, la sanación emocional no solo libera a la mujer de sus propios traumas, sino que también libera a las generaciones futuras de cargar con ese dolor. Cuando sanamos nuestras heridas, estamos creando un espacio de amor y libertad para nuestros hijos, permitiéndoles nacer en un entorno emocionalmente saludable y equilibrado.

La maternidad después de los 35 y 40 años: un camino iniciático

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A menudo se habla de los desafíos de la maternidad después de los 35 años, pero desde mi perspectiva, esta etapa de la vida es también una oportunidad única para experimentar una maternidad más consciente e iniciática. A esa edad, muchas mujeres han pasado por experiencias de vida que les han dado una mayor madurez emocional y mental, más disponibilidad para ser madres y en la mayoría de los casos haber realizado un proceso de sanación, cultivando su espiritualidad.

La maternidad sagrada requiere de una conexión profunda con la Madre Tierra, con la Matriz y con el cuerpo. Y es precisamente después de los 35 años cuando muchas mujeres sienten un llamado a explorar su espiritualidad de manera más profunda. En lugar de ver la edad como una limitación, es importante reconocer que la madurez espiritual que llega con los años puede ser una herramienta poderosa para vivir una maternidad más plena y significativa, dentro de un camino iniciático.

En la maternidad con raíces o maternidad enraizada, la edad no es vista como un obstáculo, sino como una bendición y una oportunidad. La mujer que ha vivido, que ha sanado sus heridas y que ha cultivado su vida espiritual está mejor preparada para ser madre que en cualquier otro momento de su vida. Su matriz no solo es un espacio físico para gestar una nueva vida, sino también un lugar sagrado donde se teje la sabiduría ancestral y la energía creadora del universo.

Cultivar la espiritualidad para una maternidad sagrada

La preparación espiritual para la maternidad no es algo que suceda de la noche a la mañana. Requiere tiempo, dedicación y, sobre todo, un compromiso profundo con uno mismo y con la Madre Tierra. Pero los frutos de este trabajo son inmensos. Al cultivar una vida espiritual, consciente y enraizada, las mujeres no solo están preparándose para ser madres, sino también para ser Guardianas de la Vida.

Es necesario tener una vida espiritual y bien enraizada en la Tierra. En los procesos que comparto, siempre invito a las mujeres a pasar tiempo en la naturaleza, caminando descalzas sobre la tierra, sintiendo el viento en su piel y conectándose con los ciclos de la luna. Estos pequeños actos pueden parecer simples, pero tienen un impacto profundo en la energía del cuerpo y del alma. Te invito a descargar tu Guía de Enraizamiento

La ventana de la fertilidad en la mujer moderna se ha ampliado, y con el enraizamiento y una conexión espiritual adecuados, muchas mujeres están descubriendo que pueden concebir de manera natural hasta los 45 o incluso 50 años. Pero lo más importante no es solo la capacidad de concebir, sino la capacidad de encarnar una maternidad sagrada que esté vinculada al amor y a la sabiduría a través de la conexión con la Tierra.

Si estás en el camino hacia la maternidad o si sientes el llamado de ser madre más allá de los 35 años, te invito a que te reconectes contigo misma, con tu linaje y con la Tierra. La maternidad con raíces es posible para ti, y el viaje hacia ella es uno de los regalos más grandes que puedes darte a ti misma y a tus hijos.

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¡Nos vemos pronto!

🌹Con amor, Samahia 

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